Hoy estando paseando por Calle Larios, en el centro de Málaga, con mis amigos José Barrera, su hija Silvia Barrera Guerrero, su marido Pepe Pérez y sus dos hijos, decidimos ir a comer a este restaurante Griego del centro de Málaga.
Está situado en C./ Alcazabilla nº 14
Contacto y reservas: 952 22 30 21 - info@Katoguiagora.es
Me he dejado asesorar absolutamente por ellos, ya que, especialmente José, ha visitado varios Restaurantes Griegos, encontrando pocos con la calidad que hubo encontrado en Grecia en alguno de sus innumerables viajes. Hemos comido hasta la saciedad platos elaborados con mucho gusto y texturas condimentadas con mucho equilibrio, así como sabores muy agradables a la vez que hacen recordar a elaboraciones tradicionales.
Primero hemos compartido unos entrantes fríos con pan de Pita:
Melitzanosala; pasta con base de berenjena pero creo haberle encontrado algún cítrico u otro ácido que la hacía muy digerible.
Tzatziki; composición base de Yogourt y pepino muy refrescante.
Tirosalata; otra pasta fría fundamentalmente elaborada con un delicioso queso Feta.
Ensalada Joriakit; con tomate, Feta, Aceitunas moradas, cebolla morada, algo de pimiento rojo y mucho orégano.
Pasamos a los platos principales, aunque pruebo de todo lo que se pide.
Dolmades; plato que me ha sorprendido muy gratamente; eran una especie de Raviolis con hojas de Parra tiernas, envolviendo un arroz con carne y zanahoria, delicioso, ácido, levemente agrio, algo amargo y en contraste con la cremosidad del arroz con la carne y el dulzor de la zanahoria. Servido sobre una fina capa de caldo espeso y verdoso con el sabor de las hojas de la Vid; nutritivo y delicioso.
Kleftiko; un cordero Servido como en una especie de Papillote de papel, con verduras y patata. Da la sensación de estar cocinado con anterioridad e integrado para componer dentro del Papillote un nuevo conjunto culinario de muy buen sabor, recordándonos a los avíos de un cocido, en una presentación muy curiosa.
Spanakopita; una suculenta empanada de espinacas y queso de agradables diferencias de texturas.
Eksojiko de Cordero; a este plato me he encargado personalmente de darle su merecido viaje al "Pozo de la Gazuza". Se trató, mientras duró, de un sabrosísimo, muy jugoso y delicado cordero dentro de un crujiente, dorado y bién insuflado hojaldre, que disfruté hasta el súmmum.
Los dos jóvenes que nos atendieron lo hicieron muy correctamente y de muy buena gana, como si se tratara del mismo propietario, del que nos dijeron que era Griego y al que pudimos ver en cocina al mando de la trastienda, controlando cantidades y calidades como se hacen en las Reboticas.
Decidimos tomar algún vino Heleno para acompañar a este festival del Peloponeso y después de probar un correcto aunque corto Tsantalis Reserva 2006 con Cabernet Sauvignon y Xinomavro, decidimos cambiar a
un Tsantsalis con Denominación de Origen Controlada Rapsani con uvas autóctonas, (Xinomavro, Mavrodafni y Stavroto), al cual se le obliga a un paso por barricas de 12 meses y de corte algo más moderno pero sin que nadie en la mesa diera el paso de lanzar los retrocohetes por la alegría proporcionada por el néctar; en la próxima visita probaremos con otro jugo morapio Heleno y si aún así no nos satisface entonces sopesaremos de que vinos Españoles disponen a la altura de este gran hogar culinario.
Hemos tomado cerveza de aperitivo, agua para los cuatro comensales e infusiones al ocaso, con un coste medio de 35 Euros para este Simposio de mesa camilla.
Hasta otro día.
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