Bocatto di Cardenale
Adegas Valmiñor, D.O. Rías Baixas
Uvas sobremaduradas recogidas a finales de septiembre, de la variedad Loureiro, logrando unos aromas terpénicos extraordinarios, pero aún manteniendo una acidez muy alta; se les hace una maceración prefermentativa de 6 horas a los hollejos en su propio mosto, buscando aún más fragancias; esto hace que se suba mucho el color y haya gente que por desconocimiento les produce rechazo pensando que pudiera estar remontado: craso error.
Ha sido criado sobre sus propias lías en depósitos de acero durante 6 meses y después de embotellado reposa otros 2 meses más antes de salir al mercado, esto le confiere unos aromas terciarios de panadería y pastelería que lo hace aún más apetecible. La primera vez que lo probé, insistí en la creencia de su paso por barrica a pies juntillas, pero no es así. El paso por botella termina por hacerlo envolvente, elegante y sedoso; tened en cuenta que es una añada 2007 la que disfruto, con un dorado viejo brillante, con ribetes amarillento-cobrizo y una excelente acidez que le proporciona vida aún; ya he visto la añada recién salida del 2010 en tiendas especializadas en la red, a un precio medio de 22 euros.
Irse preparando Chardonnays borgoñones, Rieslings Alsacianos, Sauvignon Blancs Neo Zelandeses, que llegan estas alhajas autóctonas abriéndose camino entre los grandes.
En nariz hay casi tantas flores blancas como en los Gewurztraminers Alsacianos o Moscateles de Alejandría de la Axarquía Malagueña, pero algo más sutil y con muchas frutas maduras de hueso.
Podemos hablar de un blanco con un gran bouquet, sin complejos, aunque aún hay gente que asegura que para tener bouquet deba pasar por madera, opinión con la que estoy en desacuerdo.
La producción es muy limitada, con muy bajo rendimiento de uva por hectarea, haciéndolo un poco menos asequible, pero lo podemos disfrutar en alguna ocasión especial. Yo ya que lo he abierto para la cata, me lo voy a tener que chupar y para acompañarlo, me he preparado una dorada de doble ración a la espalda, napada con una veluté de pescado al cava y azafrán infusionado en la misma con unas patatas torneadas y al vapor. Pensé que el pescado se quedaría corto ante esta imponente ambrosía gallega, pero no ha sido así e incluso diría que se han complementado creando una simbiosis que me ha hecho dejarme llevar hata la extenuación del "cuerpo y sangre de Cristo."
hasta mañana
buenas noches alberto, tú como siempre poniendo los dientes largos al personal!!!!!!!
ResponderEliminarcomo fuese para cenar, esa noche te la pasastes en "blanco"
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