domingo, 22 de diciembre de 2013

Parrilla Argentina Los Pibes

Cálida ínsula de la Ámerica de la Plata a las puertas de este pueblo, Arroyo de la Miel, (Benalmádena), donde te hacen sentir como si pasaras al interior de sus propias casas, sintiéndote como un familiar extrañado al que no vieran de mucho tiempo.
Son Juan José Pazos y Sergio Scala los juiciosos administradores de este agradable acogimiento a su entrañable asentamiento.
Es mucho el tiempo que se viene reclamando que el servicio en sala se ponga a la altura que la cocina ha adquirido en España en los últimos años y cada vez hay mas especialización aquí en el sur, gracias en gran medida a las prestigiosas escuelas de Hostelería de Málaga, (La Cónsula) y Benalmádena, (La Fonda), pero a lo que de verdad se invoca es a este trato tan exquisito que en los Pibes saben propinar y que tan desaparecido anda entre los profesionales de los comedores.
La mixtura de hospitalidad, junto a la calidad extraordinaria de sus carnes y la elección de buenos caldos nacionales, los hacen ser uno de mis rincones favoritos donde abstraerme de la cruda realidad que nos toca sufrir por la entera omisión laboral, por no decir desidia, de nuestra progenie de astutos mandatarios; pero no dejaré que éstos, que siendo harina de otro costal y de lo que no suelo escribir, estando llegando a límites de auténtica revolución, enturbien nuestro artículo.
Situados en una zona de entrada a El Arroyo de la Miel, fuera del centro neurálgico de esta localidad, han sabido reivindicar su particular publico depredador de una de las mejores chichas certificadas que he probado, Black Angus Argentina. También tienen habitualmente, ternera nacional, para quien prefiera otro producto distinto por sabores y por precio. Matambre, vacío, son algunos de los cortes interesantes a probar, aunque siempre que voy me dejo arrastrar por mi ansiedad de ese lomo bajo de 400grs. de Black Angus, sin apenas grasa periférica y mostrado a la plancha unicamente para atemperarlo, vamos, como si fuera un Tataki marcado. Un bocado de esta cremosa y tersa molla, con sabores de extensas llanuras verdes soleadas, infinita libertad, sosiego y serenidad, seguido de un potente trago de Tábula, con su carga tánica y acidez desinfectante, desohillnándonos la chimenea y volviéndo sus aromas a la retronasal, empujados por los volátiles alcoholes, después de calentarse a la temperatura de la candela de la bolsa eupéptica. Un auténtico climax apoteósico, prohibitivo absolutamente. Juan José recomienda venirse con unos pañales por si se orina uno encima, mientras saborea este plato.
Sergio me recomienda probemos la hamburguesa, que elabora el mismo, con el punto de grasa justo, de unos 250grs., sutilmente especiada, en contraposición a las de otros establecimientos, considerados de comida rápida y/o poca calidad. Lo probaré en mi próxima visita y lo acompañaré de un par de fabulosas cervezas Rosita o un Cava Titiana Pinot Noir.
Me despido ya por hoy porque hemos quedado los amigos para celebrar nuestra comida de navidad, que disfrutaremos aquí, en este acogedor refectorio donde no sólo venden carne y tinto, si no que además te recompensan con verdadera querencia.
relación calidad/precio: muy barato para todo lo que incluye la visita.




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domingo, 8 de septiembre de 2013

Viña Izadi Selección 99

Hoy me ha agasajado mi hermano Oscar con una botella de este vino para que lo testara y he de decir que a pesar de su buena presentación en cajas de madera de 6 botellas y envoltorio plástico individual, no partía con unas grandes expectativas, debido a la añada, ( que fue Buena pero no Muy Buena o Excelente como lo fue la del 2001 en La Rioja) y esperando encontrarme un vino clásico Riojano de la época,
he quedado absolutamente sorprendido de las bondades de este Morapio; producto mimado en su elaboración sin ninguna duda; Contraetiquetado con mucha información sobre la vinificación y posterior crianza; embotellado en Octubre de 2001 y algo mas de 70.000 botellas. La contra del consejo regulador es genérica, pero equivaldría como mínimo a un Reserva por los 18 meses de madera y posterior crianza en botella.
En fase visual diré que me sorprende una capa tan alta de color para sus doce añitos de vida; ribete entre cobrizo y castaño, descubriéndonos su oxidación con el paso del tiempo. Si aparecen tonos de rojo rubie si nos fijamos en el centro de la pezuña y por supuesto no está límpido, si no que se encuentran muchas partículas en suspensión de su incipiente precipitado de color, tanino y sales, (bitartrato potásico y/o tartrato cálcico).
Guarda algo de brillo en superficie, confiriéndole sensación de viveza. Lágrima densa, voluptuosa, lenta y permanente, que nos ofrece la sensación de calidez, debido a su alto contenido glicérico.
En la fase olfativa nos encontramos con muchas menos emociones satisfactorias; en primera instancia no nos aparecen aromas frutales ni florales fácilmente reconocibles. Predominando con fuerza odores de crianza reductiva. El conjunto de aromas específicos de la fruta, los de fermentación y los de crianza, son lo que se denomina bouquet y en este caso, después de recién abrirlo, son estos tonos proporcionados por los incipientes Acetaldehidos, (oxidación del Etanol) y Acetato de Etilo, (generación y oxidación de Acido Acético junto al Etanol), los cuales confieren, además de dolor de cabeza en dosis altas, lo que a alguna gente dice, le resultan ajerezados o incluso de recuerdos a vinos dulces andaluces. Por suerte son volátiles y dándole al vino una buena oxigenación jarreándolos y sirviéndolos a una temperatura de unos 14 grados pasadas un par de horas, parece que la nariz mejora, habiendo desaparecido parcialmente este conjunto de aromas predominantes. Es entonces cuando se dejan entrever algo de fruta negra madura, casi confitada, del tipo de ciruela y/o moras de zarzal, así como algunas vainillinas aportadas por la madera, pero realmente de forma muy sutil.
En fase gustativa, ya en boca, entrada amable, fresca, con una acidez casi cítrica, que nos hace entender como a sobrevivido al paso de los años sin que hubiera sido una añada de órdago para La Rioja. Muy fácil de beber, casi diría de tragar, que lo convierte en peligroso porque posiblemente se deje beber toda la frasca sin que me de ni cuenta. La botella le ha conferido una redondez extraordinaria que nos lleva a rememorar grandes vinos de guarda de los 70 y 80. Lo que ocurre es que éste hay que bebérselo ya, no da tregua para custodiarlo en tutela en la caverna por mas tiempo, mientras que los otros vivieron bastantes más años antes de que los disfrutaran. no obstante, la sensación es la de estar degustando una de esas grandes ambrosías prohibitivas.
Por concluir, le he puesto los grilletes junto a un arroz con Habas de temporada y conejo, que me ha preparado "mami", no habiendo podido yo mejorar de ninguna manera este enlace, se me  deslizan por el tobogán al pozo eupéptico la caneca completamente, (como ya me temía que pasaría), encadenada a tres fantásticos platos del bien guisado cereal. Me voy a medir la hamaca mecedora a la sombra, con una brisa de poniente que refresca este Septiembre Agostero. Me despido desde mi columpio con una sonrisa de churumbel, hasta pronto.
En cuanto al precio de tiendas especializadas estoy algo confuso, porque la añada actual, creo que del 2007, anda por los 15 euros y añadas como esta del 99 o 2001 aparecen aún sobre unos 34 euros; en fin, se pueden comprar añadas más recientes y guardar si se dispone de las condiciones adecuadas.  

jueves, 6 de junio de 2013

Rádix 2012, un rosado extraído de las raíz

Carnoso, brillante, sabroso y denso; con los ribetes casi azules. Persistente, casi sempiterno sabor de este Syrah puro, que nos estimula las tragaderas, llamándonos al emparejamiento de algún ágape calórico, que esté a la altura de este gran rosado. Antítesis de los Rosé Franceses, aquellos que carecen apenas de color, o mas bién de color de piel de cebolla y en contraposición, este oleoso y compacto y casi podríamos decir cremoso rosé del penedés.
Presentación elegante, en una botella bordelesa, oscura, vitrea y reflectante, con un etiquetado escueto, así como la contraetiqueta y su contenido.
Por otro lado, contiene una acidez magnífica, que haciendo de esqueleto, soporta el peso de tanta extracción, dándole una frescura y viveza extraordinaria.
Ligeras trazas de carbónico residual y aromas primarios de frutos rojos e incluso notas golosas, a pesar de tener una boca absolutamente seca y prolongada, con pequeñas lineas amargas, pero elegantes, al concilio del paladar con la garganta.
Bouquet, como si de un tinto con crianza se tratase, que nos llena la boca de cerezas, moras, ciruelas y violetas dirigidas en ese medio vinoso que engarza con notas de pastelería y regaliz.
Delicioso en definitiva; de fácil maridaje con un amplio abanico de alimentos, me decanto por un pescado graso como es el Salmón en sartén, fuego medio y napamos con mantequilla meunier, (limón, pimentón, perejil, ajo y mantequilla clarificada), mas arroz pilaf.
Perfecta combinación que resalta a ambos productos sin entorpecerse en absoluto; la frescura del vino y el carácter graso del pescado y su salsa, correctamente ensamblados, coincidiendo, precipitándose, para terminar depositándose de forma uniforme en mi agradecido baúl eupéptico.
Opto por servirlo a unos 4ºC, apesar de estar muy por debajo de la temperatura de servicio recomendada, pero en este caso, este morapio con su extrema extracción lo permite.
Precio aproximado en tiendas especializadas de 16 euros

jueves, 28 de febrero de 2013

Vetas Petit Verdot 2004 Vs 2006


Reinicio de nuevo mis elucubraciones enológicas, después de un tiempo sabático mas que justificado; ayer cumplió mi pequeña hija diez meses y que mejor bodega que esta para reiniciar de nuevo esta andadura ociosa de escribir sobre una pasión, como es el vino para mí y así de paso me desfogo y no le pongo la cabeza a mi mujer y amigos como un bombo, todo el día hablando de vino.
D.D.O.O. Málaga y Sierras de Málaga, subzona Serranía de Ronda.
Deliciosa comparativa que tenía pendiente realizar desde Noviembre, tiempo que estas dos joyas llevaban conmigo y me estaban suplicando les liberara de su coraza vítrea cada vez que nos cruzábamos a la hora del llenado de la andorga. Visitamos la bodega un grupo de amigos compuesto de tres subconjuntos generacionales y perfectamente atendidos por Maria Elena y su marido Juan Manuel Vetas; bodega Boutique o de "Garage", absolutamente artesanal que se transmite a sus carnosos y deliciosos vinos. Poco más de una hectárea, no estando catalogada como orgánica, porque entre otras cosas no lo quieren, pero donde se cuida y se vinifica con absoluto respeto al medio ambiente.
A Vetas le entusiasma estar constantemente realizando las tareas habituales de su viñedo y donde sólo recibe ayuda exterior en época de vendimia, momento algo más crítico en cuanto al éxito, ayudado por la prontitud de la recolección, donde siempre recurre a los mismo expertos trabajadores de la zona. Ya me referí a este gran enólogo con mayúsculas en otro artículo, Pago de el Espino de Cortijo de Los Aguilares, (que no es de su producción) y donde no pude dejar de hablar de él mientras mencionaba un vino de Ronda.
Pero en esta ocasión nos deleitaremos hablando del resultado final de su labor. Hablando de su trabajo, nos contó que una cosecha, 2007, se usó para regar debido a no llegar a los estándares de calidad que normalmente trata de alcanzar. Otra curiosidad es que la cosecha del 2005, ya agotada, salió al mercado antes que la del 2004, (una de las que nos ocupa hoy este enfrentamiento). Comienzo abriendo ambos vinos y decanto sirviéndolos a unos 14ºC para ver su evolución a lo largo de una hora y contrastando la temperatura a medida que aflora el bouquet primando en ambos inicialmente los aromas de crianza reductiva, para ir dejando paso a frutos rojos y negros en compota, algo más vegetal y más marcada la madera recordándonos al cedro en el 2004, mientras en el 2006 aparecen balsámicos y sotobosque y vainillinas que lo hace más agradable. Pasados 20 minutos del inicio se abre un poco más el 2004 dando ligeras notas de chocolate, te verde y lo que se me antoja como hojas de tabaco, que en el segundo aparecen más sutilmente. Parece que a los 40 minutos se hermanen absolutamente con una boca carnosa, fresca y llena de fruta con sus taninos perfectamente dulcificados y colapsando mis papilas gustativas como si ese delicioso sabor se hubiere instalado allí por siempre. Si parece que en el 2006 se hubiera dado con una mejor combinación con la madera que lo hace si cabe algo más sedoso, aunque los años de botella del más longevo también lo hacen exquisito debido a la polimerización de sus moléculas que le han dado ese carácter circular y voluptuoso que nos hace olvidar cualquier tanino secante de la madera.
En definitiva, un empate técnico, dado que, salvando las pequeñas distancias de añada y madera y que cada uno tiene sus cualidades organolépticas diferenciadas, si es cierto que puede apreciarse la impronta de alta calidad de la casa Vetas. Ante la indecisión del zurzido a la pitanza correspondiente, empiezo con el 2006, que parece esté después de una hora en su momento álgido, para terminar con este 2004 que a las dos horas de su excarcelación nos muestra todo su nervio y potencial pero envuelto en una estructura redonda, casi de pura gelatina.  Plato sencillo que elaboro con un arroz Japónico, fondo oscuro, pollo de granja, Tagarninas y espárragos trigueros, (ambas verduras deliciosas de temporada, recién recogidas y compradas en el camino entre Algodonales y El Gastor), primando estos caldos sublimes, pero sin hacer desaparecer al condumio en algún instante, si no que lo aupa a un escalafón más alto, haciéndolo un manjar, como si se tratase de estar deleitándome en algún gran establecimiento culinario, pero donde puedo repetir la experiencia sin tener en cuenta otra cosa que no sea el encadenado de ambos productos.
2004 Vs 2006, ocho y seis años de vejez respectivas y donde se auguran diez años más como mínimo para seguir degustándolos; es aquí donde se observa la gran labor artesanal de Vetas, que mimando esas vigorosas y rústicas vides de Petit Verdot, consigue extraer un vino de los que calan en nuestro archivo emocional. Todo un lujo para retomar de nuevo este humilde Blog.
Precio medio en tiendas especializadas de 32 Euros