RDR 2007

Después de comer con Jose Mª Farré, quedamos en vernos después para charlar un rato y al despedirnos me regaló una botella de Radix 2010 y una botella de RDR 2007.
Aún estoy recordando la visita que hicimos con "La Cónsula" en el 2009 a la bodega de Valladolid y mientras caminábamos aquella fría mañana sobre aquel terreno arcillo-arenoso muy poroso y extremadamente drenado, donde se hundían los piés casi hasta el tobillo, entre aquellos troncos de vid de más de 80 años, con brazos vigorosos que a su vez lanzaban largos sarmientos que parecían querer invadir todo el diáfano terreno. Entonces llegó Don Augusto, propietario octogenario del terreno que a pesar de habérselo concedido a Don Josep Cusiné para la explotación del mismo, seguía viniendo cada mañana a sanear esta hectárea privilegiadea, hacedora de grandes caldos.
Don Josep nos mostró la pequeña bodega y cómo habitualmente estaban haciendo microvinificaciones controlando la temperatura y extrayendo el máximo extracto de los hollejos.
Entonces probamos este RDR del 2007 y se me antojó que aún le faltaba tiempo de botella a pesar de sus taninos nobles dulcificados. Pero es ahora, con casi cuatro años de vida, cuando realmente el vino se encuentra en su momento álgido y se le augura un largo recorrido en el tiempo aún.
Se aprecia una acidez exquisita, en perfecto balance con el alcohol, (15º vol.) y la rememorada carga tánica, siendo incluso con el acuse de estos parámetros, un vino muy fácil y agradable de beber.
Nariz evocadora de frutos rojos y negros en compota, como Zarza Mora, Arándanos y Ciruelas.
Yo lo he emparejado perfectamente con un estofado de Pierna de Venado que me he traido de Algar. Maceré la carne en vino por 36 horas y con este jugo y las verduras,  más un Arroz Pilaf = RDR trasvasado completamente al embalse eupéptico, todo un goze vamos!!!
Hasta pronto.